Es hora de una historia, júntense alrededor del fogón!
Resulta que hace aproximadamente un mes la facultad abrió el llamado a adscripciones. ¿Qué son las adscripciones? Son arreglos con algunas materias que permiten que uno, como estudiante o graduado, ingrese a un proyecto de investigación y trabajos varios para una materia específica.
O sea, experiencia para dar y regalar.
Hace un mes, entonces, decidí que podía ser divertido probar esto de las "adscripciones" y busqué la lista de requisitos para presentarse. Pedía un par de cosas que no tenía y pedía, especialmente, el plan de un proyecto de investigación.
Me acuerdo que miré el reloj, vi que tenía exactamente tres horas antes de que cerrara la convocatoria y pensé "esto puede ser divertido". Computadora adelante y un plato con papas fritas al alcance de la mano, me lancé a escribir el plan de un proyecto que todavía no tenía. Y me divertí. Elegí los libros más disímiles e interesantes, y los investigadores y especialistas en literatura que me interesaban leer, y los volqué sobre el documento en blanco.
Esa tarde llevé toda la documentación y suspiré: obvio, obvio que no tenía chances de nada. El proyecto no era lo que pedía la materia y yo no siquiera cumplía con otros requisitos más burocráticos.
Un mes después, me llega un mail invitándome a una primera reunión de adscriptos.
Mi confusión fue suprema, y fui a la reunión lista para salir corriendo. Me recibieron y, antes de explicar nada, abrieron un espacio de consultas. Por supuesto, mi primera pregunta, en medio de balbuceos nerviosos, fue qué onda todo, porque yo técnicamente no podía sumarme, porque no cumplía con ciertos requisitos. Me dijeron que no importaba, que esta vez me sumaban.
Así que ahora estoy embarcada en un proyecto de investigación de dos años sobre la representación infantil en la literatura inglesa de la época victoriana. Jamás lo hubiera imaginado; jamás me lo hubiese esperado.
Cosas que pasan porque uno se anima a escribir algo que le interesa mientras come papas fritas.
(Y el blog se llenará con cosas sobre esta investigación, espero!)
Un mes después, me llega un mail invitándome a una primera reunión de adscriptos.
Mi confusión fue suprema, y fui a la reunión lista para salir corriendo. Me recibieron y, antes de explicar nada, abrieron un espacio de consultas. Por supuesto, mi primera pregunta, en medio de balbuceos nerviosos, fue qué onda todo, porque yo técnicamente no podía sumarme, porque no cumplía con ciertos requisitos. Me dijeron que no importaba, que esta vez me sumaban.
Evidencia fotográfica de mi emoción/confusión. |
Cosas que pasan porque uno se anima a escribir algo que le interesa mientras come papas fritas.
(Y el blog se llenará con cosas sobre esta investigación, espero!)