Me regalaron La Ladrona de Libros, de Markus Zusak para mi cumpleaños. Hacía tiempo que lo quería: escuchar críticas tan dadivosas me intrigó, y el puntaje global que recibía en Goodreads me impactó. Aparentemente este era uno de esos libros (esos que cambian la vida). Por supuesto que a la par de las ganas de leerlo estaba el miedo: ¿qué pasa si no me gusta? ¿Qué pasa si ahora mis expectativas son tan altas que el libro queda por debajo? ¿Qué pasa si...?
Pero lo empecé, y ahora aspiro a terminarlo antes de que salga la película (y voy por la página cincuenta y ya me resulta incierto pensar cómo pueden lograr una película de este libro).
Así que investigué un poco sobre los actores, la producción y las fechas de la película, y me encontré con una campaña de marketing muy interesante: el 22 de octubre, el New York Times publicó dos páginas enteras en blanco, sin una palabra, y sólo una dirección: wordsarelife.com, promoviendo la película.
Esto generó especulaciones y, cuando finalmente se develó que era una publicidad de La Ladrona de Libros, representantes de Fox salieron a explicar la idea:
"En el mundo de la publicidad de hoy, tenemos esta actitud de dar, dar y dar. Hacé click acá, llamá a este número, conseguí más contenido... Pero con esto, lo que queríamos era sacar algo, para hacer sentir a la gente cómo es vivir en un mundo sin palabras, aunque sea por un instante. Así es como existe Liesel, la protagonista, cuando la conocemos por primera vez en la película"
La publicidad generó muchas reacciones pero, a fin de cuentas, logró su cometido y llamó la atención.
Cada vez me entusiasma más el libro y las cosas que produce, y esta extraña campaña publicitaria es una prueba más de que La Ladrona de Libros, al menos, es algo distinto.
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