Looking for Alaska, John Green, 2005. Speak (Penguin Books).
Cansado de su aburrida existencia, Miles, un joven de dieciséis años, abandona su ciudad en busca de su "Gran Quizás" en un colegio de internados. Allí, la inesperada libertad, los placeres y una enigmática joven llamada Alaska lo catapultan hacia una nueva vida. Pero cuando Miles siente que está a punto de alcanzar lo que había ido a buscar, una repentina tragedia amenaza con sacarle todo lo que tiene.
Buscando a Alaska es el primer libro de John Green, libro que le valió una gran cantidad de reconocimientos y críticas pero, también, varias críticas negativas que lo califican de controversial. Y este libro es un poco de todo lo que los críticos dicen que es, y también un poco más.
En primer lugar, Buscando a Alaska estalla desde el primer capítulo con el estilo John Green (humor, diálogos ácidos, oraciones largas con comparaciones absurdas y graciosas). Los personajes están repletos de comentarios agudos y graciosos y la prosa se expande en párrafos meticulosamente humorísticos (que corresponden al punto de vista de Miles, protagonista y narrador). John Green se define y define su estilo en esta primera novela, estilo que se reitera (para alegría nuestra o, por lo menos, mía) en sus siguientes libros.
Los personajes también resultan conocidos. Leen mucha literatura (y de la "alta": Rabelais - de donde Miles saca la idea del "Gran Quizás" -, García Márquez, Melville, etc.), son osados y relajados, fuman (y, en este libro, mucho) y están en plena adolescencia. Miles es el adolescente inocente, no iniciado en los matices de la adolescencia, que inicia un viaje de autodescubirmiento a partir del vínculo con los otros. Alaska es ciclotímica, rebelde y obediente, valiente y miedosa, fiel y poco confiable, segura e insegura, una contradicción andante que encarna a la perfección los altibajos de la edad. Sus amigos (el Coronel, Takumi, Lara) se suman como otros planos - bien tridimensionales -, como otras realidades que complementan el espectro del colegio.
La novela, entonces, no censura nada, presenta el mundo adolescente en toda su expresión. Alcohol, droga, sexo, pornografía, pero también amistad, amor, estudio (¡qué fantástico encontrar una novela que ocurre en época de clases donde los personajes realmente estudian!), bromas, profesores pesados y entretenidos, familias, enemigos, encuentran un lugar en esta historia. Y todos y cada uno de ellos (y acá reside uno de los puntos más fuertes de esta novela) es abordado desde una mirada adolescente. ¿Qué significa esto? Nada está sometido a juicios de valor, de bien o mal, de beneficioso o desventajoso, nada se percibe como escandaloso o vergonzoso, nadie es juzgado o ignorado por lo que hace o no hace, lee o no lee. Todo está cubierto de un aura de normalidad, de cotidianeidad, y da la sensación de que los personajes ven todo esto, ven la vida misma, como un amplio campo de posibilidades donde lo único que tienen que hacer es animarse.
Pero John Green apuesta todavía más alto y plantea cuestiones sumamente existenciales en esta novela. Desde la premisa del "Gran Quizás" abre la pregunta sobre la vida, qué hacer con la vida, qué es "grande" en la vida, y, desemboca en una pregunta aún más profunda sobre la muerte, sobre qué hay más allá y qué es dejar una marca en la vida de los demás.
Buscando a Alaska es una novela entretenida e introspectiva, un retrato hermoso y crudo de la adolescencia y el tiempo en la escuela y, sobre todo, una historia sensible
sobre los vínculos y las relaciones con los demás. John Green apuesta a todo en esta novela y, en mi opinión, logra todo y un poco más.