Splintered, A.G. Howard, 2013. Amulet Books.
Alyssa Gardner escucha los susurros de los insectos y las flores - precisamente el mismo síntoma que le consiguió una habitación a su madre en un hospital mental años atrás. La maldición de su familia se extiende generaciones atrás, hasta Alicia Liddell, la inspiración para el libro de Lewis Carroll, Alicia en el País de las Maravillas. Puede que Alyssa también esté loca, pero logra contenerse y vivir su vida de forma común. Por ahora.
Cuando la salud mental de su madre empeora, Alyssa se entera de que lo que ella pensaba que era una ficción está, en realidad, basado en una realidad terrible. El verdadero País de las Maravillas es un lugar mucho más oscuro y tenebroso de lo que Lewis Carroll escribió. Allí, Alyssa debe superar una serie de pruebas, incluyendo secar el océano de las lágrimas de Alicia, despertar a la fiesta de té durmiente y dominar a un bandersnatch peligroso, para arreglar los errores de Alicia y salvar a su familia. Ella, además, debe decidir en quién confiar: Jeb, su apuesto mejor amigo y amor platónico, o el atractivo pero sospechoso Morfeo, su guía a través del País de las Maravillas, quien parece tener oscuros motivos detrás de su sonrisa encantadora.
La premisa es deliciosa y el hecho de que retome Alicia en el País de las Maravillas y se anime a volverlo gótico, tenebroso y espeluznante sólo aumentaba mi necesidad por leerlo. Pero el libro no sólo no alcanzó las expectativas - que tal vez eran demasiado altas - sino que me aburrió y tuve que esforzarme por terminar de leerlo.
¿Qué resultó malo? Hay varias cosas que me sonaron huecas a lo largo de la lectura, así como también hubo otras que merecen mención por su particularidad y belleza. Lo que no funcionó para mí fue, en primer lugar, la previsibilidad. Es un libro que anuncia desde un principio que, de alguna forma, bajo alguna serie de circunstancias, Alyssa se sumergirá en el País de las Maravillas. Sabiendo esto, el libro no explota, a mi gusto, las posibilidades que tiene de generar anticipación, clima de extrañeza, de incredulidad. Alyssa es una especie de marioneta, y la autora la mueve de acá para allá hasta alcanzar la suficiente cantidad de páginas como para enviarla al País de las Maravillas. Y una vez que llega al País de las Maravillas, todo es relatado con un halo de tan poca maravilla que se pierde el impacto que busca generar la autora. Sí, es mucho más oscuro, sí, busca ser tenebroso, pero todo se pierde porque nada impacta, y cualquier intento de constituirlo como un lugar que realmente existe, hace agua. Me entristeció no encontrarme con un País de las Maravillas real, tangible, posible y oscuro (parece ser que ninguno de los que intentan darle una tridimensionalidad, una cultura, una política, otra serie de personajes al País de las Maravillas, logra hacerlo con éxito).
A esto se le suma que ningún personaje cobra vida, no realmente. Alyssa, Jeb y Morfeo alcanzan apenas un esbozo más profundo, una realidad un poco más creíble, pero están solos en las trescientas y pico de páginas en las que se extiende la historia. En la construcción de la realidad literaria, la base no es lo suficientemente sólida como para que se sostenga nada: ni el mundo, ni el espectro de personajes que la autora busca incluir como decoración, como extras, y, ni siquiera, los tres personajes principales.
Alyssa no dice mucho, no piensa mucho y siente de forma estándar. No es un personaje que se destaque, que tenga rasgos demasiado definidos o ideas propias. Ahora mismo sólo recuerdo un único rasgo que se repite una y otra y otra vez sobre ella: su maquillaje. Sólo eso. Me resulta vacío recordar sólo eso de un personaje. Jeb y Morfeo también están bastante estandarizados: uno es el amigo, el bueno, el conocido, lo seguro, y el otro es el chico malo, el oscuro, el misterioso, el peligroso. Es en esa línea en la que se mueve cada uno, ofreciéndole seguridades y peligros a Alyssa, y jugando con esas únicas variables en el triángulo amoroso que se genera - un triángulo amoroso sin conflicto externo, pero también sin conflicto interno para Alyssa; completamente llano.
Tal y como dije antes, el libro carece de atmósfera propia, de impacto, de deslumbramiento. Con la acción ocurre lo mismo, y uno, como lector, puede imaginar cómo terminará cada una de las escenas de acción.
Así y todo debo mencionar lo que creo que es el punto más fuerte - ¿el único punto fuerte? - de la autora: la paleta de colores. A.G. Howard demuestra una buena capacidad para describir, con lujo de detalles, escenarios, paisajes y pinturas. Su manejo de colores hace que las imágenes cobren vida pero que queden estancadas, como acuarelas. A esto, sin embargo, se le suma otro factor interesante de la historia, que le da una buena dosis de horror a la historia, que son los insectos y la obsesión - o no-obsesión, quizás - que tiene Alyssa con ellos. Hay algo terrible y fascinante en clavarle un alfiler a un bicho y usarlo para armar un cuadro.
En general, mi sensación es que el libro hubiese sido algo grande. Hay potencial, porque así como hay cosas que no funcionan en absoluto, hay otras ideas interesantes - como un cementerio de almas encerradas en juguetes, o una raza nueva de seres mágicos, o una niña encerrada en una jaula por años - pero que no son desarrolladas de la forma correcta. Splintered es un cuadro de imágenes bonitas, que se van sucediendo unas a otras, pero que están unidas por un hilo débil e inconsistentes de verbos y sustantivos. El libro no alcanzó, en mi opinión, la promesa de su premisa - o de su tapa.