No sé si es de público conocimiento que la saga de The Raven Cycle, una tetralogía de Maggie Stiefvater, tiene una fama impresionante en el mundo angloparlante.
Eso era intrigante, porque a primeras, la saga no parece demasiada cosa. Atestigüen el resumen del primer libro, The Raven Boys:
"Sólo hay dos razones por las cuales una no vidente vería un espíritu en la noche de San Marcos", dijo Neeve. "O eres su amor verdadero... o lo mataste".
Hace frío en el jardín de la iglesia, incluso antes de que lleguen los muertos.
Todos los años, Blue Sargent se para al lado de su madre vidente mientras los que pronto van a morir caminan por allí. Blue nunca los ve - no hasta ese año, cuando un muchacho emerge de la oscuridad y le habla directamente a ella.
Su nombre es Gansey, y Blue pronto descubre que es un estudiante rico de la academia Aglionby. Blue tiene una estricta política sobre mantenerse alejada de los muchachos de Aglionby. Conocidos como los Chicos Cuervo, ellos sólo significan problemas.
Pero Blue se ve atraída a Gansey en una forma que no puede explicar. Él tiene todo - familia, dinero, buen aspecto, buenos amigos - pero está buscando algo mucho más grande. Está en una misión que ha involucrado a otros tres Chicos Cuervo: Adam, el becado que resiente todo el privilegio que hay a su alrededor; Ronan, el rebelde que oscila entre la desesperación y la ira; y Noah, espectador taciturno de todos los demás, que registra muchas cosas pero dice poco.
Desde que tiene memoria, Blue siempre recibió la misma advertencia: ella le traerá la muerte a su verdadero amor. Nunca pensó que eso fuese un problema. Pero ahora, mientras su vida se entrelaza con el mundo extraño y siniestro de los Chicos Cuervo, ya no está tan segura.
No es demasiado, ¿verdad? Muchas oraciones que sugieren caídas estrepitosas en clichés.
Pero los rumores sobre la posible publicación en español de esta saga acá (cortesía de SM) hicieron que finalmente cediera y lo leyera.
Podríamos resumir mis impresiones sobre este libro: ya terminé el tercero y espero con locura la publicación del cuarto.
¡Qué increíble! Tuve que retractarme de todas mis primeras impresiones (sobre todo de la impresión que deja la lectura de esa sinopsis). The Raven Cycle es una saga exuberante y compleja, con un despliegue piscológico impresionante. No voy a hacer referencia a cada uno de los libros en particular (el primero es The Raven Boys, seguido de The Dream Thieves y, por último sólo por ahora, Blue Lily, Lily Blue), sino que esta suerte de reseña va a apuntar a lo que destaca a toda la saga en general.
En primer lugar, los temas.
Quizás es que justo esta saga toca todos los temas que me interesan (¡¡hablan en latín!!). Quizás es que realmente los desarrolla con inteligencia y novedad. Maggie Stiefvater se ubica en los bordes borrosos de la magia y lo paranormal y entrelaza mito y realidad con mucho sustento histórico y hasta teórico: líneas ley, psíquicos, auras, mitología celta, viajes espectrales, ladrones de sueños, y una versión grunge de un mago.
La autora trata todos estos tópicos con fuerza y decisión, abriendo un espacio propio y construyendo un universo aparte, que logra diferenciarse de las demás historias que ya han hablado de todo esto. Maggie logra construir clima, ambiente, un color propio para estos temas.
Y esto está estrechamente vinculado con la escritura, la prosa de Maggie, que, hablando liso y claro, es preciosa. Observen:
- "Mis palabras son herramientas infalibles de destrucción y no he venido equipado con la capacidad de desarmarlas".
- "Cuando Gansey era educado, se hacía poderoso. Cuando Adam era educado, cedía el poder".
- "Él era hermano de un mentiroso y era hermano de un ángel; hijo de un sueño e hijo de un soñador".
- "Deseo y temor yacían uno al lado del otro en su corazón, cada uno afilando al otro".
Maggie tiene un estilo circular: no atacan la idea o el concepto que quiere desarrollar de frente, sino que se toma el tiempo de rodearlo, analizarlo, degustarlo. E ilustra ese camino con oraciones inverosímiles, que incluso a veces pueden sonar hasta pretenciosas. Pero logra el objetivo, transmitir ese concepto, ese sentimiento o emoción con una violencia que retumba.
Es esta prosa, sumada a una sabia elección de un narrador en tercer persona, la que construye unos personajes espectaculares.
Blue, la no vidente, al margen de la vida, con sed de algo más; Gansey, el rey cuervo, desesperado por darle sentido a su vida; Ronan, el nervio descubierto, con una herida tan grande como su imaginación; Adam, el abusado, el abandonado, el resentido; Noah, el que une, el que está perdido. Y toda la familia de Blue, colorida y original, con una tristeza subyacente; la familia de Ronan, tan perdida como él; los otros chicos de Aglionby; los personajes que se van sumando en la misión que tiene Gansey.
The Raven Cycle es realmente una rareza. Maggie Stiefvater evita deliberadamente las escenas trilladas o las vueltas de tuerca esperables y se concentra en la psicología de los personajes y en cómo la magia y lo paranormal van afectándolos y transformándolos. Tengo la sensación de que estos libros me dejaron astillas adentro: así como en la historia la magia necesita entrar en vínculo con los personajes para vivir, la prosa y el desarrollo de la historia necesita del lector para terminar de evocar las emociones que quiere transmitir. Y, después, deja esas evocaciones por largo rato.
No sé si esta reseña alcanza, pero lo que quiero decir es: qué saga poderosa.