26 dic 2018

Lo mejor del 2018

Se va otro año con todas sus lecturas. Se va otro desafío de Goodreads completo (para saber más sobre los casi 67 libros de este año, pasen por acá. Goodreads es una magia).

Y como el año ya se acaba, esta es una oportunidad ideal para revisar qué libros de todos los leídos durante estos meses fueron gratas sorpresas y encuentros que me cambiaron algo adentro. Así que, sin ningún orden especial, estos son los ocho libros que marcaron mi camino lector del 2018; los que merecieron cinco estrellas:

1. Quiere a ese perro, Sharon Creech.

Este libro cuenta, a través de poemas, la historia de un niño que debe escribir poesía para el colegio y no entiende cómo ni quiere hacerlo. La historia es un juego constante porque presenta la resistencia del protagonista y sus quejas a través de su propia escritura que, claro, es poesía.

Es un libro que retrata con perfecta claridad cómo la magia de los versos y las estrofas, del juego con el lenguaje y las imágenes, termina siempre filtrándose y encontrándose con la persona. Y, además, cómo siempre se puede descubrir que uno tiene cosas para decir y que la poesía es un camino muy posible para hacerlo.

2. El libro de todas las cosas, Guus Kujier.

Esta novela me partió un poco el corazón y otro poco la cabeza. Cuenta la historia de Tomás, un niño que anota todo lo que ve en su Libro de todas las cosas. Y lo que ve y lo que piensa no es chiste. Con un trabajo impecable en la narración, que es clara, sencilla, llena de humor y también ojo crítico, Kujier aborda temas como la violencia familiar, la religión, el fundamentalismo, la mirada de los otros y hasta la magia con una cintura increíble.

Esta es, realmente, una de las mejores novelas infantiles que leí en mi vida. Para no perdérsela.


3. Max, Sarah Cohen-Scali.

En este libro me encontré con uno de los narradores más originales y perturbadores en mucho tiempo. Max es un lebensborn, un niño nazi, nacido y criado para "regenerar" la raza humana y es el narrador de esta novela. Por lo tanto, su perspectiva es intransigente y nos ofrece una mirada de la ideología nazi desde muy adentro porque, claro, Max no conoce otra cosa y nació para eso. Por eso la historia es muy interesante: ¿qué sucederá cuando Max crezca, conozca más sobre el mundo y, sobre todo, descubra que la guerra la están perdiendo los nazis? ¿Qué sucederá con todo lo que él piensa sobre su padre, el Führer, y sus ideas?

Todo el relato es intenso, muy explícito, duro y crudo (no se ahorra los detalles de ningún acto cruento porque, ante todo, Max es un narrador "maduro", así que puede narrar lo que sea), y semejante trabajo con el narrador hace que esta novela sea una rareza maravillosa.

4. Los suicidas del fin del mundo, Leila Guerreiro.

Luego de la ola de suicidios ocurridos entre 1997 y 1999, la periodista Leila Guerreiro viajó allí para entrevistar a la gente. El resultado de todo ese trabajo es un retrato claro y crudo de la Patagonia, de su gente y de cómo la vida se desenvuelve allí, que tiene la enorme virtud de presentar los hechos, los diálogos y las situaciones sin ofrecer juicios de valor, sin buscarle la respuesta única o la causa común a todos los suicidios. 

Esta crónica es un museo vivo, fuerte y muy impactante. El recuerdo de su lectura me acompañó durante todo el año, como si algo de esa inquietud patagónica se me hubiese metido adentro.


5. El año del pensamiento mágico, Joan Didion.

No conocía a Joan y después de ver su documental ("Joan Didion: The Centre Will Not Hold") me lancé a conseguir este libro.

Lo terminé y, por primera vez en mucho tiempo, lloré con las palabras finales. El recorrido que hace Didion de su experiencia atravesando el duelo de la muerte de su marido me resultó tan vívida y sencilla, tan llena de imágenes cercanas, comunes y terriblemente dolorosas que muchas me quedaron grabadas. Por ejemplo:
"Me di cuenta hoy por primera vez de que mi memoria de este día un año atrás es una memoria que no involucra a John. Este día hace un año fue 31 de diciembre de 2003. John no vio este día hace un año. John estaba muerto.
Estaba cruzando la avenida Lexington cuando se me ocurrió esto" (la traducción es mía).

Es un libro para leer y releer.

6. Poesía completa, Idea Vilariño.

A Idea sí la conocía. Su poesía me había llegado a través de recomendaciones. Y este año aproveché que Montevideo fue la ciudad invitada de la Feria del Libro y conseguí su poesía completa.

Llenos de imágenes vibrantes y cercanas, la poesía de Idea es como encontrarse con una amiga para escucharla conversar. Hay algo en su estilo que permite experimentar lo que ella quiere contar y sumergirse por completo en las emociones que busca ilustrar. Al menos eso me sucede a mí cuando la leo.

Para que vean a qué me refiero, uno de mis preferidos:

"Ya no" 
Ya no será
ya no
no viviremos juntos
no criaré a tu hijo
no coseré tu ropa
no te tendré de noche
no te besaré al irme
nunca sabrás quién fui
por qué me amaron otros.
No llegaré a saber
por qué ni cómo nunca
ni si era de verdad
lo que dijiste que era
ni quién fuiste
ni qué fui para ti
ni cómo hubiera sido
vivir juntos
querernos
esperarnos
estar.
Ya no soy más que yo
para siempre y tú
ya
no serás para mí
más que tú. Ya no estás
en un día futuro
no sabré dónde vives
con quién
ni si te acuerdas.
No me abrazarás nunca
como esa noche
nunca.
No volveré a tocarte.
No te veré morir.

7. El libro salvaje, Juan Villoro.

Esta novela presenta una historia sobre el amor hacia los libros y la lectura que resuena con fuerza en todos los que amamos la experiencia de leer. Centrada alrededor de la búsqueda del "libro salvaje", la historia narra las aventuras de Juan en la casa de su tío, un hombre dueño de una enorme y variada biblioteca.

Así, en medio de la aventura, la novela se plaga de reflexiones sobre la lectura y su disfrute, de imágenes sobre el placer del encuentro con los libros y del misterio y la magia que encierra el arte de contar historias. Una novela para bibliófilos, amantes de la lectura, enamorados de las historias.

8. Zen en el arte de la escritura, Ray Bradbury.

En la línea de libros como Mientras escribo, de Stephen King, y Bird by Bird, de Anne Lammot, este trabajo de Bradbury permite conocer los orígenes de algunas de sus historias y, sobre todo, una enorme reflexión sobre lo que significa el acto de escribir y crear.

Breve y encantadora, esta lectura es, además, una llamarada de amor por los libros, la escritura y la aventura de inventar, sostener y desplegar historias. Una miradita:
"Te volvés voraz. Tenés fiebre. Conocés la alegría. No podés dormir a la noche porque tus ideas bestias-criaturas quieren salir y te hacen dar vueltas en la cama. Es una gran manera de vivir" (la traducción es mía).

Poesía, novela, ensayo, crónica, reflexiones literarias, este año trajo una diversidad novedosa y muy interesante, que me deja con ganas de aventurarme en el próximo año y en las lecturas que traiga.

Gracias por acompañar este año el blog y todo el trabajo puesto acá, por leer, comentar, compartir. ¡Que la lectura compartida nos siga encontrando en el 2019!

Muy felices fiestas, hasta el año que viene :)

2 comentarios:

  1. Me encantó! Me encantaron los libros y me encantó el recorrido que hace el artículo, muy atrapante y me dan ganas de leerlos a todos, a los que conocía y ya tenía en la mira y a los que no.

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    Respuestas
    1. ¡Ey, qué genial, Aye! Me alegra un montón que te den ganas de leer, jaja. ¡Gracias!

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