29 oct 2018

Huckleberry Finn y las voces

Las aventuras de Huckleberry Finn es una novela que se puede leer, releer y repensar. Además de la reseña hecha en el blog, y un primer post que se dedicaba a analizar la imagen y el espacio del circo en la novela, se puede pensar también, en cómo, por ejemplo, esta historia presenta una enorme riqueza en las voces de sus personajes.

Leí y trabajé con este relato en inglés, y siempre me resultó muy impactante la variación de registros en las voces. Es, evidentemente, una novela muy difícil de traducir, pero, incluso con esto presente, intentaré hablar un poco sobre la construcción de las voces en esta historia citando algunos pasajes y ofreciendo una traducción para aclararlos.

La novela comienza con esta aclaración del autor que resulta muy relevante para el tema:
“In this book a number of dialects are used, to wit: the Missouri negro dialect; the extremest form of the backwoods South-Western dialect; the ordinary "Pike-County" dialect; and four modified varieties of this last. The shadings have not been done in a hap-hazard fashion, or by guess-work; but painstakingly, and with the trustworthy guidance and support of personal familiarity with these several forms of speech.
I make this explanation for the reason that without it many readers would suppose that all these characters were trying to talk alike and not succeeding. The Author”
Que, en el inicio, dice algo así: “En este libro, se usan varios dialectos, a saber: el dialecto negro de Missouri; la forma más extrema del dialecto del sudoeste de las regiones remotas; el dialecto ordinario del “Condado de Pike”; y cuatro variedades modificadas de esta última”, y que luego aclara que el autor mismo se ha tomado el trabajo de informarse sobre todas estas formas de habla. Es una nota, dice el autor, para que el lector no se confunda y no crea que todos los personajes están tratando de hablar igual y fracasando.

Es una nota curiosa (y bien propia de un Twain mordaz), que muestra la preocupación presente en toda la historia por el trabajo con las voces. Hay un trabajo exhaustivo de parte del autor por construcción los diferentes dialectos y sociolectos con una precisión que bien podría permitir que con sólo escuchar cada diálogo pudiésemos identificar de qué personaje se trata.

22 oct 2018

Huckleberry Finn y el circo: pasiones dobles

Las aventuras de Huckleberry Finn es una novela muy famosa y conocida, leída, analizada y conversada por todo lector entusiasta que se la haya cruzado. Me tocó leerla hace ya un par de años, para la facultad, y en ese momento escribí una reseña acá, en el blog, con algunos primeros comentarios sobre qué me había gustado de ella.

Por suerte, el año pasado tuve la oportunidad de releerla y volver a trabajar con ella. En esa revisión de la historia, el capítulo en el que Huck visita el circo me llamó mucho la atención, por su escritura, por cómo es presentado el espacio del circo y lo que pasa ahí.

Esto sucede en el capítulo 22 donde hay una escena con muchas descripciones que resulta impactante, más aún por el contexto en el que se presenta. La descripción del circo que visita Huck aparece luego de la escena en la que Sherburn ha dado su discurso para evitar que la turba enardecida lo mate. Este antecedente, en mi opinión, ubica al lector en un lugar más cauteloso, atento a esa población de doble cara (que puede llegar a ser violenta), que hace que lo que sucede en el circo cobre otra densidad.

Allí, en cuanto llega, Huck destaca la grandeza y el asombro que le genera lo que ve: “Y cada dama tan fina y todas tan guapas como una pandilla de reinas de verdad, con unos vestidos que costaban millones de dólares y todos llenos de diamantes”. Sus ojos se detienen en las riquezas, en la cantidad innumerable de gente, en la proliferación de elementos: “llegaban todos a caballo de dos en dos, caballeros y damas al lado, los hombres en calzoncillos y camisetas, sin zapatos ni estribos y con las manos apoyadas en los muslos, tan tranquilos y tan cómodos, por lo menos veinte de ellos”.

15 oct 2018

Las Indias

Las Indias, escrito por Juan Lima e ilustrado por Christian Montenegro (Comunicarte, 2018), es una versión poética y gráfica del Diario de a bordo, de Cristobal Colón.

El libro combina cada poema con una página cubierta por ilustraciones en negro, rojo y blanco, hechas en trazos gruesos, de lápiz o crayón o cera, que dan la sensación de que se van a borronear si uno le pasa la mano por encima. Hay algo tosco en esos dibujos que permiten creer por un momento que fueron dibujados por el propio Colón. Estas ilustraciones acompañan armónicamente lo narrado y descrito por cada poema.

Los poemas retoman el corazón del Diario de a bordo de Colón (escrito por Bartolomé de las Casas, en realidad, quien se encargó de resumir el cuaderno de bitácora del explorador), el encuentro entre las dos culturas, los dos mundos, desde la perspectiva del español. Y lo hacen sin perder tampoco el estilo literario de De Las Casas.

En su versión del diario, De Las Casas utilizaba o mantenía una serie de tópicos que aparecían una y otra vez en el relato. Por ejemplo, el tópico de la abundancia: Colón había ido a América a buscar oro y no lo encontró, entonces puso toda su atención en la riqueza de la naturaleza americana. Árboles frondosos, frutos jugosos y coloridos, tierras fértiles y aguas dulces y vivificantes, América se describía como un paraíso en tierra. A falta de oro, que hubiese riquezas de otro tipo.

5 oct 2018

De voces y daemonios

La lectura y discusión de Luces del norte, de Philip Pullman, con otros compañeros de la maestría que cursé este año me permitió prestarle una nueva atención a esta novela que, cuando la leí por primera vez en mi adolescencia, no resultó interesante.

¿Qué recuerdo de esa primera lectura? 

En primer lugar, la incomodidad de la traducción. Venía de la maravillosa experiencia de leer Harry Potter y el misterio del príncipe en inglés (primera gran lectura de un libro en su idioma original) y cruzarme otra vez con ciertos... ¿vicios? de la traducción del inglés me incomodó.

Lo segundo que recuerdo es la lentitud, el aburrimiento. Me había parecido, en aquel entonces, una novela aburrida, con poca acción, poco movimiento. Bueno, venía de Harry Potter.

No obstante, si bien la novela tiene avances y escenas aventureras, su foco no está allí, creo, o por lo menos, su fuerza no radica en eso. Con esta nueva lectura, pude rever cómo Pullman elige presentar el mundo creado y cómo construye los personajes, algo en lo que no me había detenido antes. 

Con mucha claridad, el autor muestra las particularidades de este mundo sin interrumpir la historia con largas explicaciones (por ejemplo, enseña la existencia y rol de los “daemonios” a medida que se desarrolla la historia, sin abrir paréntesis explicativos que detengan la acción) y revela la complejidad y ambigüedad de personajes como Marisa Coulter y Lord Asriel a partir de sus acciones y sus diálogos. Asimismo, pude volver a revisar el personaje de Lyra desde su construcción y su presentación: es una niña temeraria pero astuta, que en su primera escena ya desafía las reglas de los adultos, que juega con otros, es solidaria y, al mismo tiempo, osada y valiente. Es decir, una sólida protagonista de la historia y líder de la búsqueda que se despliega en la historia.

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