17 oct 2012

HP y un análisis familiar III

Hace un tiempo planteé la posibilidad de abrir nuevas líneas de lectura de la saga Harry Potter, y se me había ocurrido iniciar un análisis de los tipos de familias que se presentan y su incidencia en los personajes del libro.

En entradas anteriores revisé la dicotomía que se presenta entre los Weasley y los Malfoy, y, luego, la construcción del huérfano en Harry y Hermione. Para cerrar, por ahora, este camino de análisis de Harry Potter, vengo a introducir el último tipo de familia que se presenta de forma visible en los libros, condensado en dos personajes centrales: la única figura de autoridad (es decir, aquellas familias que sólo tienen un padre o un único adulto responsable).

Este núcleo familiar lo encontramos tanto en Luna Lovegood - su padre, Xenophilius - como en Neville Longbottom - su abuela - de formas muy diferentes y con efectos completamente distintos en ambos personajes. 

En primer lugar es necesario marcar una diferencia central que, en mi opinión, define bastante el análisis que se pueda hacer de ambos: Neville y su abuela son introducidos en el primer libro, con un protagonismo significativo (bastante mayor que el de otros personajes secundarios como Dean o Seamus), mientras que Luna y su padre no aparecen hasta el quinto libro, junto con la revista El Quisquilloso (ante lo cual no puedo evitar pensar en voz alta, ¿qué se le habrá ocurrido primero a Rowling? ¿La revista o la familia? ¿Alguna habrá sido creada como consecuencia de la otra? ¡Misterios!).

Es así entonces como acompañamos a Neville durante siete años de crecimiento. Ya desde el principio es fácil distinguirlo porque el libro se empecina en caracterizarlo de la misma forma una y otra vez: Neville es inseguro, muy inseguro. Descubrimos en él una relación muy conflictiva con las figuras de autoridad cuyo origen es muy fácil de rastrear: su abuela. Según relatos que comparte con Harry, Ron y Hermione, podemos enterarnos que en sus años previos a Hogwarts Neville sufrió a manos de su abuela y otros familiares a causa de las altas expectativas que tenían de él (recuerden sino esa secuencia donde cuenta cómo sus tíos abuelos estaban tratando de sacarle algo de magia colgándolo de un puente y, sin querer, lo dejan caer). Este conflicto con la autoridad se desplaza en el ámbito de Hogwarts a Snape, centralmente, profesor que Neville no duda en admitir que lo aterroriza.

El derrotero de Neville a medida que avanzan los libros va tomando otros matices. Siempre conducido por un mismo eje (que su abuela se sienta orgullosa de él), Neville logra ir sorteando obstáculos que, en mi opinión, son en su mayoría anímicos y hasta espirituales. Él debe lidiar con burlas, comentarios degradantes de los Slytherin, comparaciones angustiosas con Harry Potter (todas a manos de su abuela) y comparaciones con sus padres y su sacrificio, críticas de sus profesores y críticas constantes a su falta de carácter y fortaleza. Con todo esto a cuestas, Neville se mantiene incorruptible y se desarrolla, muy de a poco, casi imperceptiblemente, como un muchacho cuya mayor característica es la pureza y la bondad.

Neville es reconocido por su valor y no lo puede creer.

Es recién en el séptimo libro donde se produce el quiebre. Siguiendo las ideas anteriores, me atrevo a decir que es quizás el quiebre de la figura de autoridad en Hogwarts lo que desata en Neville una nueva faceta de su personalidad (quizás no nueva, mejor digamos latente). Allí donde la autoridad era para ser respetada porque imponía leyes y normas justas e igualitarias, ahora hay mortífagos que abusan y corrompen los títulos de autoridad en aras de la tortura y el suplicio. Neville, entonces, pierde toda referencia de la autoridad y con ella pierde todo temor. No puede formar más parte del juego de la autoridad porque ya no se siente identificado. Este proceso que comienza a gestarse en el quinto libro, cuando accede a formar parte del Ejército de Dumbledore (lo cual comienza a señalar un desgaste en lo que para él representa la figura de la autoridad), estalla de forma súbita desde el comienzo del séptimo libro. Neville termina entonces consolidándose, encontrando su verdadero ser justo cuando deja de responder a aquello que lo definió durante tanto tiempo. Y es allí solamente cuando su abuela se siente verdaderamente orgullosa de él.

Luna, por otro lado, ingresa a la historia en el quinto libro, cuando muchos de estos procesos de identidad están a mitad de camino. Ella tiene una personalidad muy peculiar y muy definida, y un sistema de creencias y valores ya establecido, lo cual intimida al resto de sus compañeros y le vale unas cuantas burlas. Así como Neville sufre a manos de su inseguridad, de su imposibilidad por mostrarse firme, Luna sufre a causa de su seguridad, de su firmeza en las enseñanzas de su padre.

Primer encuentro con Luna.

Luna, entonces, se encuentra desde un principio identificada al ciento por ciento con su padre, y el libro muestra que la relación es recíproca. Xenophilius enmarca a Luna en un halo de exquisitez y suprema inteligencia pero, por sobre todo, de inmensa estima. Allí donde Neville sufre por recibir una muestra de aceptación por parte de su abuela, Luna encuentra cuidado y cariño instantáneos. Entonces, ¿cómo se desarrolla Luna en medio de una convergencia de diferentes historias de diferentes adolescentes en crisis consigo mismos y con la lucha entre el mal y el bien?

Considero que a medida que avanza la historia Luna se ubica en un lugar casi simbólico para el resto de los personajes, que ven en ella un personaje único, un poco apartado de la realidad, que les permite fugarse de la guerra del mundo mágico. Ella representa la inocencia y la pureza del que defiende sus ideales de forma pasiva, sin imponerlos, lugar que hereda de su padre. Sin embargo, cuando en el séptimo libro ella es capturada, esta armonía y, sobre todo, este alejamiento aparente de la realidad bélica del mundo mágico se quiebran. Padre e hija se ven involucrados en las extorsiones de los mortífagos y es allí donde son puestos a prueba. La traición de Xenophilius rompe el velo de pureza que cubría a los Lovegood y abre una pregunta que nunca es respondida en el libro: ¿Cómo reaccionará Luna cuando se entere de esto?

Luna ingresa a la historia como un personaje muy moldeado, pero esta crisis del último libro abre la imaginación a diversas posibilidades. Luna no cede ante la inclemencia de los mortífagos, poniendo ante todo la vida de Harry y su misión, pero su padre fracasa, más absorto en proteger lo que más ama que entregando todo por un fin altruista. Y no estoy haciendo un juicio de valores dado que ambos personajes actúan movidos por el amor (amor por una hija, amor por los amigos). Solamente señalo que Luna, en medio de toda su peculiaridad y en medio del sufrimiento de su padre, sabe poner de lado lo que suponemos que le ocurre y hace comunión con el resto, con sus amigos. Luna, la chica solitaria del quinto libro, identificada por completo con su padre, logra separarse y abrirse a sus compañeros en el último libro y hacer comunidad sin perder un ápice de su personalidad.


Personajes completamente diferentes, que viven un desarrollo casi especular, Neville y Luna representan dos polos del tipo de familia que sólo tiene una figura de autoridad. Ambos sufren burlas de parte de sus compañeros, ambos se dedican por entero a la causa de Harry mientras lidian con sus búsquedas y deseos y ambos han sufrido pérdidas dolorosas (los padres de Neville fueron torturados hasta la locura, la madre de Luna murió a manos de un hechizo que salió mal). Es quizás por esto que el final de la última película me gustó tanto más que le final que les regala Rowling en el libro (¡Sorpresa! ¡Una parte de la película que me gustó más que el libro!), porque considero que son personajes muy cercanos y muy distintos (¡abismalmente distintos!) que juntos podrían ser explosivos.

1 comentario:

  1. Hola! muy bueno el análisis. Y muy bueno tu planteo, una pregunta que me hago desde que leí el ultimo libro es la que vos expones Cómo reaccionará Luna cuando se entere de la traición de su padre? Y otra que me gusto mucho pero nunca me había puesto a pensar es que se le habrá ocurrido primero a Rowling la revista El Quisquilloso o la familia Lovegood? Ojala algún día sepamos las respuestas.

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