3 jun 2019

Maternidad, paternidad y caos

Ser padres y madres, para quienes aún no lo somos, se presenta siempre como una idea intimidante y lejana a nuestras posibilidades. Es que tener un hijo pareciera suponer una serie de conocimientos que parecen secretos e inalcanzables: hay que saber cuidar a otra persona, alimentarla, saciar sus necesidades afectivas y emocionales, entretenerlo (pero del modo correcto), cuidar su salud (comida sana, ¿ejercicio?, desarrollo emocional, y más y más).

Todo suena imposible. Y lo peor es que a veces las únicas imágenes de maternidad y paternidad que llegan hasta nosotros (además de las de los propios padres, claro, pero que siempre se ven desde lejos) salían, al menos hasta hace unos años, de películas excesivamente optimistas.

Es decir, la maternidad y la paternidad parecen desafíos titánicos que demandan una perfección de la que nadie es capaz.

Por eso, dos lecturas pueden ayudar a aflojar, a encontrarnos con las verdaderas maternidades y paternidades, las de carne y hueso, humanas y limitadas.


Una de ellas es Subacuática, de Melina Pogorelsky, una novela breve que se lee en un respiro de lo contundente que es. Nos acerca la historia de un padre viudo que, por primera vez en mucho tiempo, encuentra un momento para él, de descanso, en la pileta, mientras su hija hace natación, y la historia de una madre que se siente un poco perdida, que siente que su hijo la lleva y que no sabe muy bien qué hacer.

Ambas vidas se cruzan en la pileta, en medio de las clases de los niños y de los andariveles libres de los adultos. Con capítulos breves, la novela nos enseña el lado real y caótico de la maternidad y la paternidad. Y lo real es que nadie sabe cómo se es padre o madre, y que hay cosas que exceden, que desbordan a quienes tienen hijos y que hay veces en que simplemente no hay ganas.
Soñé con un test. Uno de revista.
¡Descubre qué tan horrible madre eres!
Sacaba el resultado del medio, pero mentía en casi todas las respuestas.
Las imágenes son claras y podemos ver la incomodidad de esos padres frente al desafío de la vida de sus hijos. Padres e hijos se aman, eso se ve con claridad en la historia, pero hay situaciones que superan a los personajes y que los hacen desear desaparecer, dejar de ser padres, dejar de cargar con el peso de una responsabilidad de por vida.
Tobi me abraza y me clava las uñas en el cuello, justo donde me nace la contractura.
Tengo que cortárselas urgentemente.
En el carril de al lado hay gente que nada sola. No puedo imaginar una escena más feliz.
La novela se lee a toda velocidad porque con sus capítulos cortos que ilustran escenas concretas de la vida cotidiana no hay más opción que avanzar para ver dónde termina todo. Son padres y madres reales, de verdad, con miedos e inseguridades y llenos de amor por sus hijos. La maternidad y la paternidad es una lucha desafiante.

Otra novela que avanza por un camino diferente es Okāsan. Diario de viaje de una madre, de Mori Ponsowy. En este relato la narradora viaja por primera vez a Japón, a visitar a su hijo adolescente que vive allí gracias a una beca.

La narración está dividida en dos secuencias que se intercalan: fragmentos escritos durante el viaje, que ilustran Japón, sus costumbres, colores y peculiaridades y la novedad de estar con su hijo después de tanto tiempo, y otros fragmentos que reflexionan sobre el vínculo madre-hijo, el tiempo pasado y lo que significa ser madre.

La narración es muy poética, llena de imágenes suaves, llenas de sorpresa frente a la novedad de la vida oriental, como, por ejemplo:
Ella busca en un cajón y saca un papel de seda de colores pasteles. [...] Quisiera decirle a la señora que no es necesario que envuelva nada porque de todas maneras el paquete se va a arrugar en la maleta durante el viaje, pero ella se arrodilla sobre el piso, dobla el vestido con sumo cuidado y lo envuelve, sin prisa, amorosamente, como a un regalo. Extiende los brazos hacia mí y me lo da. Nos miramos en silencio. Quizás también ella tuvo una madre anciana. Quizás ella también tiene un hijo que se ha ido muy lejos. Somos mujeres. Inclino la cabeza en señal de despedida. No abriré este paquete hasta llegar a Buenos Aires y, entonces, pienso, me pondré este vestido para siempre.

Las reflexiones sobre el vínculo entre la narradora y su hijo, que es adolescente y ya vive sólo hace un tiempo, revelan el caos de las ideas, las exigencias e imposiciones sobre lo que "debería ser la maternidad" en oposición a la vida, a lo que realmente sucede y a lo que significa ser madre en estas circunstancias.
Miro a mi hijo y veo a un joven que inventa su propia vida. Que se inventa a sí mismo. Saca de sí lo que no quiere y da forma y pule lo que le parece valioso.
Pasan los días y sigo sin poder empezar la conversación que tenía pensada. Quizás ni siquiera sé qué quiero decirle. O quizás no hay palabras para ello. Tal vez tenga que ver con los vivos y los muertos. Con el amor. Con el paso del tiempo. Con la lista de preguntas que, cuando regresó de visitar a su padre, encontré anotadas una tras otra en tres hojas de papel y que, como el teléfono, ya nadie nunca responderá.
Este también es un libro que se lee en un suspiro, porque cada fragmento nos adentra más y más en la extrañeza de Japón y en el peso y la liviandad de ser madre.

Ambos relatos, SubacuáticaOkāsan. Diario de viaje de una madre, nos acercan historias de madres y padres metidos en la difícil aventura de descubrir qué significa eso. Toda perfección, toda idealización quedan perdidas en el camino, estos relatos son crudos, cada uno a su manera, y, sobre todo, honestos. La maternidad y la paternidad son un caos que demandan que uno se anime, se meta y se desafíe a descubrir cómo ser, cómo hacer.

En esta línea, y para completar el recorrido, hay una web preciosa que se dedica a narrar a través de textos, poesía y arte la experiencia real de ser madre: El cielo del mes. Experiencias de partos, de lo que significa irse con panza de la casa y volver con un ser humano, de lo que es criar a alguien tan pequeño, de lo que significa ya no ser uno y ser dos, todo eso se puede hallar en sus diferentes secciones.

Padres, madres, familias y caos, eso es la vida en serio.

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