Desde hace tiempo, el blog Donde viven los libros recomienda lecturas infantiles interesantes y no siempre tan comunes (también lo hace a través de sus otras redes sociales: Facebook, Twitter e Instagram). Con lo cual, cuando supe que los artífices detrás del blog abrirían una librería, me puse en contacto y arreglé para ir a visitarla.
Así que, el sábado pasado por la mañana, conocí la librería Donde viven los libros.
Carola Martínez me recibió, junto a Ramón Paez, en una librería hermosa, muy sencilla y decorada con cuidado. Luego, ya en su oficina y entre cientos de libros y mates, me contaron un poco sobre esta idea.
La librería se presenta como un espacio donde aquellos cegados por amor a un libro infantil o juvenil, literario o de teoría, difícil de conseguir, pueden ir a cumplir sus sueños. Si bien tiene un espacio físico donde se pueden mirar los libros, la librería funciona principalmente a través de internet. Me explicaron toda la ciencia detrás del armado de la página y, sobre todo, me contaron que entienden que ahora las búsquedas de libros dan vueltas por internet en su mayoría.
Coincidí, mis últimas compras de libros fueron a través de webs de librerías.
Carola y Ramón conocen un montón y saben cómo funciona el mundo editorial y cómo son, en general, las necesidades del público lector, de los especialistas y de los maestros y profesores. La librería, entonces, es un espacio bien especializado. A mí, de hecho, me hicieron muchas recomendaciones, muy precisas (¡y con mucho entusiasmo!) sobre el género dentro del que ando buscando lecturas.
Fue una visita muy agradable e informativa (y me crucé con cientos de libros hermosos y varios realmente difíciles de encontrar) y, sobre todo, descubrí una vez más que hay gente apasionada por la lectura, por la formación y por dar a conocer joyas literarias, y que es posible seguir abriendo el campo de la literatura infantil y juvenil para que llegue a los sedientos de las palabras.
Así que, cuando se hayan enamorado de un libro que no saben cómo conseguir, Donde viven los libros puede tener la respuesta.
¡Gracias, Carola; gracias, Ramón!