29 sept 2018

Perfil: la poesía de Eduardo Abel Gimenez

Cuando la poesía ofrece la posibilidad de desenganchar la cabeza pero para enganchar el cuerpo, las sensaciones y los modos de percibir que no tienen que ver con entender las cosas, algo nuevo, bastante mágico sucede.

Es eso, justamente, lo que me pasa cuando leo la poesía de Eduardo Abel Gimenez, argentino, escritor, especialista en juegos de ingenio, (gran) tallerista, y, claro, poeta. Sus libros son sencillos, delicados, llenos de imágenes cercanas y, se nota, de mucho disfrute. Por eso, para el que no ha tenido la suerte de cruzarse con sus versos, acá sus libros de poemas:

1. El hilo
Ilustrado por Claudia Degliuomini. Libros Del Eclipse, 2011.
"La lluvia
suena como una ola
que nunca termina de romper"
Pequeños episodios, como ese, acompañados por diferentes ilustraciones en acuarelas, que podrían en sí mismos abrir cada uno una historia diferente pero que no, que se suceden unos a otros, que disparan la imaginación y la dejan latiendo.

Y, en el medio, en otra tipografía, un hilo que atraviesa todo el libro, cada episodio, y que arma otra lectura en medio de la trama que construye la poesía. Para leer, releer, pensar, imaginar, hilar.

2. Justo cuando
Ilustrado por Cecilia Afonso Esteves. Comunicarte, 2016.
"Cuando estás por cruzar la calle
y empieza el otoño. 
Cuando sale el sol
al otro lado de los párpados cerrados. 
Cuando la mancha de luz
te llega a la punta de los pies"
Con frases que se repiten pero que no se vuelven repetitivas, estos poemas rescatan momentos, pequeños, impensados, comunes y muy especiales. Son siempre tres, ubicados en páginas con diferentes colores sólidos, y acompañados del otro lado por una ilustración delicada y geométrica sobre una hoja cuadriculada.

Los colores son parte de esos momentos y colaboran con el clima evocado por cada poema. Hay una propuesta lúdica con la "fe de erratas" final y los stickers (¡sí, stickers!) que trae el libro: tal vez nosotros, lectores, también podemos construir poemas a partir de momentos y formas geométricas.

3. Como agua
Ilustrado por Cecilia Afonso Esteves. Libros Del Eclipse, 2009.

"Como ponerse zapatos,
ponerse nervioso,
ponerse sombrero,
ponerse a resguardo.

Como ponerse de pie
y dejar que una lágrima
lo cambie todo"

Este libro pequeño es prácticamente una manualidad en sí mismo. Inicia y termina con dos páginas transparentes, que, claro, recuerdan la experiencia del agua. Y las ilustraciones, compuestas por una serie de collages hechos con papeles delicados, formando imágenes casi como un juego infantil, completan la sensación de tener en las manos un libro casero, hecho especialmente para uno.

Los poemas, cargados de metáforas, fluyen a lo largo del libro y se derraman a través de unos asteriscos que amplían el juego poético. Nuevamente, se construyen imágenes cercanas y cotidianas, pero llenas de esa sensación que surge cuando alguien puede nombrar algo que nosotros no. Eso me pasó, por ejemplo, con estos versos: "Como la memoria [...] / cuando se tropieza / y te mezcla los sueños".

María Teresa Andruetto escribió una reseña preciosa sobre este libro acá.

4. Tus ojos
Ilustrado por Cecilia Afonso Esteves. Calibroscopio, 2014.
"Tus ojos son
como el dolor de una sonrisa
a destiempo,
como un adiós,
como las hojas secas
que caen hacia el agua"
Tal vez mi favorito, y el favorito de muchos. Con una fórmula sencilla que se repite a lo largo de todo el libro ("tus ojos son como...") las imágenes que se construyen son deliciosas, llenas de color y vida, sumamente cotidianas y cercanas y, al mismo tiempo, extraordinarias.

Las imágenes juegan a la vez con modos diferentes de pensar e imaginar los ojos, en una secuencia de fotografías y pequeñas ilustraciones que alimenta ese juego de las palabras.
"Tus ojos son
como comos,
como comas,
como comienzos,
como cometas"
Es un libro que, en mi experiencia, despierta las ganas de hacer poesía, de también dejar sueltas mano y cabeza para que las palabras salgan y armen nuevas versiones, nuevas ideas sobre cómo son "tus ojos". Es bello de leer, bello de mirar y bello para animar (y animarse) a escribir.


La poesía de Eduardo es para encontrarla, mirarla, leerla, disfrutarla, y volverla a encontrar. También es una poesía para dejar que nos encuentre, porque tiene algo (una honestidad, una humildad, una sencillez) que permite que se nos filtre, y que llegue ahí, justito ahí, donde la poesía puede anidar en nosotros y hacernos olvidar de la cabeza y del entender, y dejarnos sólo disfrutar.

23 sept 2018

Una vuelta por el VI Simposio de LIJ del Mercosur

Estos días, 19, 20 y 21 de septiembre, en la Universidad Nacional de Córdoba se realizó el VI Simposio de Literatura Infantil y Juvenil del Mercosur, organizado por el Propale y diversas facultades, cátedras y seminarios de la UNC. Tuve la enorme oportunidad de participar, visitar, escuchar y encontrarme con la LIJ en todas sus formas y expresiones.

La primera maravillosa sorpresa fue el Herbario. Álbum de figuritas que nos entregaron junto con la bolsa del Simposio. Un libro pequeño y precioso hecho con mucha delicadeza por ilustradores cordobeses de LIJ que nos dio la oportunidad de volvernos niños durante esos tres días e intercambiar figuritas hasta completar el álbum. "El álbum resultó de la conversación sobre la posibilidad de dar a conocer el trabajo de la ilustración cordobesa", escribieron los organizadores del Simposio. Sobre el trabajo que hicieron, sobre todo Cecilia Afonso Esteves, con este álbum, pueden encontrar un texto muy interesante por acá.

Una figurita del Herbario, ilustrada por Cecilia AE.

El Simposio se organizó en diferentes grupos de trabajo por día, que permitieron compartir, escuchar y debatir con otros especialistas, entusiastas, docentes y estudiantes sobre diferentes temas de la LIJ. El grupo con el que pude compartir mi trabajo trajo una variada cantidad de temas en relación a la ilustración y a los temas presentes en diversos libros, y hasta una ponencia en portugués, de una especialista que venía de Brasil.

En el medio, durante los días, tuvimos la oportunidad de asistir a las presentaciones de diferentes libros. Dos, en particular, me quedaron dando vueltas: Como por encanto: La obstinada presencia de lo maravilloso en la literatura infantil y juvenil, compilado por Mirta Gloria Fernández (Buenos Aires: Santiago Arcos), por los temas que presenta su equipo de investigación, y Anti-recetario. Reflexiones y talleres para el aula de Literatura, coordinado por Florencia Ortiz (Córdoba: Comunicarte), porque ofrece unas reflexiones muy interesantes sobre el trabajo en el aula con la escritura (y sobre cómo "evaluar" esos trabajos) y unas "anti-recetas" de trabajos de escritura para probar y jugar. 

En la presentación: Cecilia Tejón, Beatriz Vottero y, al micrófono, Florencia Ortiz.

Además de todo este trabajo y de los diálogos y conversaciones, el Simposio estuvo acompañado a lo largo de los tres días por propuestas artísticas muy interesantes. El teatro, la poesía y las intervenciones se hicieron presentes de un modo que más de una vez nos dejaron cautivados. En particular, las intervenciones poéticas, de poesía activa, y las narraciones de Rubén López (¡imperdible!) me dejaron encantada, como una niña con ganas de hacer más y escuchar más.

Pequeños poemas sobre los ojos, inspirados por el libro de Eduardo Abel Giménez.
Poesía al paso.

Hubo oportunidades de compartir con otros, de encontrarse con gente, de escuchar a grandes especialistas y de conocer lecturas y miradas provenientes de otros países. También de comprar libros, de encontrarse con novedades y visitar librerías (y hasta la feria del libro de Córdoba).

Feria de libros, con editorial Comunicarte a la cabeza.

¿Cómo leemos, cómo escribimos? ¿Cómo pensamos y nos encontramos con la LIJ? ¿Qué posibilidades tenemos de analizarla, sumergirnos en ella, dejarnos maravillar por ella? ¿Cómo podemos, juntos, en equipo, abrir nuevos caminos? Como se dijo en la presentación del libro de Florencia Ortiz, nadie tiene recetas pero queremos compartir lo que buscamos. Esa fue la experiencia del Simposio: la alegría de buscar juntos y encontrarse.

(Para ver más fotos y videos del Simposio, se puede pasar por acá).

13 sept 2018

Recorridos: lo siniestro

La primera vez que me crucé con la teoría de lo siniestro de Freud quedé muy impactada. Él hablaba sobre la inquietud, la falta de certeza intelectual, la experiencia de un abismo interior que no podía resolverse. "Puede ser verdad que lo unheimlich, lo siniestro, sea lo [..] 'íntimo-hogareño' que ha sido reprimido y ha retornado de la represión", explica. Todas esas ideas y sensaciones me daban vueltas adentro; lo que estaba ahí escrito me resonaba de modos que todavía no comprendía y me dejó pensando, a la espera de algo. 

Esa teoría, luego, me sirvió de base para el análisis de un libro infantil, hace mucho tiempo, mientras cursaba un seminario en la facultad. Fue un trabajo pequeño, poco riguroso, pero iluminador, y la experiencia me dejó inquieta, claro: sentía que había encontrado la pista de algo más grande, que todavía no lograba comprender.

Con eso adentro y sin muchas posibilidades de investigar más o pensar sobre el tema, el año pasado empecé la maestría en literatura infantil de la Universidad de Barcelona. Y, entonces, cuando llegó el momento de pensar y presentar el proyecto para el trabajo final, entendí que eso que había guardado adentro durante tanto tiempo encontraba su oportunidad.

Así, con mucho trabajo, mucha paciencia y también mucho esfuerzo y ayuda de mis tutores, mi trabajo final se centró en analizar la presencia de lo siniestro freudiano en tres novelas juveniles argentinas. ¿Cómo aparece la inquietud en la literatura infantil y juvenil argentina? ¿A qué elementos  presentes en las narraciones responde esa inquietud? ¿De qué modo se presenta el extrañamiento de lo familiar que menciona Freud en esas lecturas?

Había muchas preguntas con las que trabajar y mucho para leer. Pero el esfuerzo dio frutos, y con todo lo que fui descubriendo pude visitar las XVIII Jornadas La literatura y la escuela organizadas por Jitanjáfora, este año, y presentar una primera parte de esta investigación. Esta fue otra experiencia alentadora y muy enriquecedora: hubo preguntas, comentarios y diálogos sobre el tema que trabajaba que me ayudaron.

Finalmente, el trabajo de la maestría estuvo completo, listo, leído y aprobado: “Inquietud e inestabilidad: la presencia de ‘lo siniestro’ en tres novelas juveniles argentinas”. Ese impacto de aquel primer encuentro había encontrado la traducción que hacía tanto tiempo necesitaba. Había logrado entender qué se me había movido adentro y qué respuesta necesitaba.

Y, por supuesto, descubrí que esto no terminaba ahí. 

El trabajo de la maestría fue sólo el puntapié inicial, porque me doy cuenta de que hay todavía más por leer y pensar. Por eso, la semana próxima visitaré el VI Simposio de Literatura Infantil y Juvenil del Mercosur para hablar de otra ruta, que sale de esta: "'Lo siniestro' a partir de la ilustración: una lectura de Los lobos de la pared, de Neil Gaiman y Dave McKean".

Así y todo, estoy segura de que esto sigue siendo el comienzo. Hay más, mucho más, todavía. Espero encontrarlo.

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