24 nov 2017

Con la infancia a cuestas - FILBITA

Ayer tuve la posibilidad, junto con un compañero literario, de participar del panel "Con la infancia a cuestas", como parte del FILBITA.

Supe que quería participar cuando Florencia Gattari, quien formó parte del panel, me contó hace meses que allí estaría también David Almond, autor inglés que leí en algunas ocasiones (de hecho, por acá reseñé Arcilla, una gran novela de él) y que, en todas ellas, me encantó. Que estuviera en Argentina y participando de un festival de literatura infantil me resultó increíble, y decidí que tenía que estar ahí sí o sí.

Y, si bien iba con el objetivo claro de poder ver a Almond, tal vez saludarlo, y/o en una de esas, lograr que me firmara un libro, no sólo logré esos tres cometidos sino que, además, me encontré con un panel variado y sumamente interesante y cercano.
Junto a Florencia Gattari y el señor Almond estaban además Patsy Aldana, una editora reconocida que vive en Canadá, y Gustavo Martín Garzo, un autor español. Ellos, acompañados por Victoria R. Lacrouts como moderadora, conversaron sobre qué es la infancia, cuál es su alcance, si es posible o no que trascienda los límites de la edad y, de yapa, sobre qué significa escribir para niños.
Fue un diálogo muy fluido y realmente variado. Surgieron distintas ideas y posturas sobre cómo acceder, desde la adultez, a la experiencia de la infancia, y sobre el peso que tienen los libros para niños.

De izquierda a derecha: Lacrouts, Gattari, Aldana, Garzo, Almond y su intérprete.
David Almond contó, por ejemplo, cómo, mientras escribía Skellig, otra hermosa novela, se dio cuenta de que tenía que narrar cómo su protagonista descubría alas en la espalda de otro personaje y que pensó: "¡No puedo escribir eso! Ah, no, sí puedo hacerlo porque estoy escribiendo para niños". Y que desde ese momento, Skellig se transformó en su primera novela para niños.
Se conversó, entonces, sobre cómo con los niños se puede ser directo en la escritura y no así siempre con los adultos; y sobre cómo también todos los temas son posibles de narrar si se encuentra el modo.

Fue una tarde de compañía literaria, de grandes voces con ideas cercanas y diversas, y de encuentro con el amor por la literatura, desde distintos lugares y en distintos idiomas. Y sí, también, logré hablar un poquito con David Almond y que me firmara un libro. Una experiencia FILBITA impecable.



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